8 de marzo de 2013
12:00 a.m.
Mujeres boricuas con legado ilustre
Con motivo del Día de la Mujer, recordamos sus gestas.
Mujeres como estas rompieron esquemas y dejaron obras que aún las mantienen vivas. (Fotos de archivo)
Por ELNUEVODIA.COM
Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora,
recordamos las gestas de mujeres puertorriqueñas destacadas en distintos
ámbitos. Ellas son apenas seis ejemplos - entre tantos otras mujeres
que han dejado valiosas huellas en Puerto Rico - de mujeres adelantadas
tanto en la política y las letras, como en la abogacía y el servicio al
próijmo.
Mariana Bracetti
Natural de Añasco, Bracetti es recordada por su rebeldía como una de las gestoras del Grito de Lares en 1868.
Bordó la primera bandera de Lares, que se desplegó en la iglesia cuando los rebeldes declararon la breve república. Era la esposa de Miguel Rojas, jefe local de la revolución, quien junto con su hermano Manuel era un próspero hacendado de café.
Luego de que las fuerzas rebeldes fueran contenidas, los sobrevivientes fueron encarcelados. Por lo menos, 80 murieron en prisión.
Bracetti, conocida como Brazo de Oro, sobrevivió y recuperó su libertad pocos meses después, en 1869. Se retiró totalmente de la vida pública y murió en pobreza en 1903.
(Enciclopedia de Puerto Rico)
Sor Isolina Ferré (Ponce 1914-2000)
Sor Isolina Ferré Aguayo nació en el seno de una familia influyente de Puerto Rico, cuyos familiares luego se convirtieron en el gobernador Luis A. Ferré y la galardonada escritora Rosario Ferré.
Tras graduarse del colegio en 1931, inició estudios en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras desde donde acató su llamado a la vida religiosa. Entonces partió a Filadelfia para ingresar a la orden Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad, una congregación que vive en comunidad y servicio al prójimo.
En 1940 recibió las órdenes y trabajó en misiones con comunidades pobres y trabajadoras en Virginia y Nueva York. Retornó a Puerto Rico como misionera en Cabo Rojo, donde las hermanas impulsaban proyectos industriales y deportivos. Allí Sister Isolina llegó a ser madre superiora.
Tras partir a Nueva York para terminar su bachillerato y luego una maestría en sociología en Fordham University, dirigió desde 1963 el Dr. White Community Center en Brooklyn, Nueva York. Allí, por cinco años, se entregó aún más en los rigores del servicio comunitario y educativo para poblaciones en riesgo, incluso con intervenciones entre gangas rivales.
Asignada en 1968 al empobrecido sector La Playa de Ponce, donde además la criminalidad era rampante, emprendió un proyecto comunitario con enfoque en la autogestión. Así nació el Centro de Rehabilitación y Servicio de la Playa de Ponce.
En palabras de sister Isolina: “Nuestra estrategia está fundamentada en el respeto a la dignidad humana. Cuando se reconoce el potencial humano del individuo- cuando se trabaja y planifica con él y no para él, se le da participación y se le respeta, este líder potencial se actualiza”.'Así este modelo se convirtió con el paso de los años en los Centros Sor Isolina Ferré, que hoy operan en varias localidades de Ponce, Guayama, Canóvanas y San Juan.
Además de recibir varios doctorados honoris causa, fue recipiente de distinciones como Lifetime Achievement Award del Puerto Rican National Coalition (1987), la Cruz de Alonso Manso de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (1987), Humanitarian Award Albert Schweitzer de la Universidad de Johns Hopkins (1989) y la Presidential Medal of Freedom (1999).
(Enciclopedia de Puerto Rico, Archivo El Nuevo Día)
Concha Meléndez Ramírez (Caguas 1895- San Juan 1983).
Comenzó como maestra al graduarse de la Escuela Normal de la Universidad de Puerto Rico, pero continuó sus estudios en la UPR, en Madrid, México (UNAM) y la prestigiosa universidad de Columbia, Nueva York.
Al regresar con su doctorado de la UNAM, ejerció como profesora de su alma máter y continuó con la pluma activa.
Cultivó con éxito y profundidad el género del ensayo, convirtiéndose en una destacada y reflexiva crítica literaria, que recibió loas públicas de la poeta chilena Gabriela Mistral. Meléndez también fue una fecunda cuentista, conferenciante y poetisa. Tanto así, que para publicar sus obras completas, el Instituto de Cultura Puertorriqueña requirió cinco gruesos volúmenes.
Recibió incontables distinciones desde Puerto Rico a Suramérica.
La casa de esta ilustre puertorriqueña en San Juan figura en el registro de sitios históricos del Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos.
(Enciclopedia de Puerto Rico)
Ana G. Méndez (Aguada 1908- San Juan 1997)
Nacida en una familia numerosa, la educadora y fundadora del sistema educativo que comprende hoy la Universidad Metropolitana, del Este y del Turabo se casó muy joven, a los 15 años.
Entre la crianza de sus hijos y otras responsabilidades, tuvo que esperar hasta los 27 años para graduarse de escuela superior en la Central de Santurce. Desde ese momento, su afán por educarse y educar no tuvo freno.
En 1940, había obtenido su bachillerato en Educación Comercial de la Universidad de Puerto Rico y 8 años después su maestría de la Universidad de Nueva York.
Dos años después en 1949, fundó la primera institución de carreras cortas, el Puerto Rico Junior College, precursor de las instituciones universitarias que años después formó.
En 1972 fundó el Colegio Universitario del Turabo, hoy Universidad del Turabo.
Además, presidió la Junta de Directores de la Fundación Puerto Rico Junior College, por 20 años, hasta 1972. Esa Fundación pasó a llevar su nombre y hoy es el Sistema Universitario Ana G. Méndez, presidido por su hijo José F. Méndez.
Durante su vida de empresaria y educadora, también se destacó por su labor cívica y por ser parte de juntas de firmas importantes, como de la extinta Eastern Airlines, Fondos Unidos y la Cruz Roja.
(suagm.edu)
Felisa Rincón de Gautier (1897-1994)
Mejor conocida como Doña Fela, esta ceibeña nació de una maestra y abogado de Ceiba. Ayudó a la crianza de sus ocho hermanos cuando su madre murió prematuramente.
Tras sus estudios secundarios, ejerció como farmacéutica práctica. Su habilidad con la costura la llevó al Viejo San Juan, donde estableció su casa de modas y una floristería.
Tras aprobarse el sufragio femenino en 1932, doña Fela se insertó en la vida política, como simpatizante del partido Liberal y posteriormente del Partido Popular Democrático.
Fue nombrada alcaldesa de San Juan en 1946, puesto que ocupó durante 22 años. Su gestión estuvo marcada por sana administración, abundante obra pública, de construcción y reconstrucción de áreas comunes como plazas, vías y parques.
Con tanto trabajo, nunca descuidó su marca personal de llevar llamativos peinados, elegantes trajes, abanicos y grandes gafas de sol.
También es recordada por sus esfuerzos por traer nieve en un avión para que los niños de San Juan sin recursos para viajar pudieran ver el fenómeno.
Murió en su querida capital a los 97 años.
(Museo Felisa Rincón, PREB.com)
Nilita Vientós Gastón (San Sebastián del Pepino 1903- San Juan 1989).
Abogada, profesora, autora, defensora de las letras y la cultura puertorriqueñas, es robusto el legado de esta mujer que rompió esquemas. Estudió la primaria en Cuba, la secundaria en Nueva York y al regresar a Puerto Rico se matriculó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, cuando ninguna otra joven lo había hecho.
Fue la primera en no solo trabajar como abogada en el Departamento de Justicia, sino además alcanzar el cargo de Fiscal general auxiliar de Puerto Rico. El Colegio de Abogados en la actualidad otorga una medalla de reconocimiento que lleva su nombre.
También fue primera en presidir el Ateneo Puertorriqueño y miembro fundadora de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.
Argumentó con éxito ante el Tribunal Supremo que el español es la lengua de Puerto Rico. Fundó dos publicaciones que fueron columnas de la literatura boricua del siglo XX: “Asomante” (1945) y “Sin nombre” (1965).
No cesó de aprender y de difundir cultura durante toda su vida. Como se recoge en esta cita suya: “Desde mis tiempos de estudiante, mi vida se ha regido por tres principios que considero de tal calidad que los califico de virtudes: la inconformidad con todo lo que debe mejorarse, la disidencia con todo lo que ofenda la dignidad humana y deba cambiarse y un entusiasmo sin límites, para luchar por los inconformes y los disidentes”.
(Enciclopedia de Puerto Rico, proyectosalonhogar)
Entre las incontables mujeres ilustres de Puerto Rico, también figuran: la reconocida poetisa Lola Rodríguez de Tió, la primera legisladora María Luisa Arcelay, la profesora y autora Margot Arce de Vázquez, la poeta Julia de Burgos, la femniista y líder obrera Luisa Capetillo.
¿A quién agregarías?
Mariana Bracetti
Natural de Añasco, Bracetti es recordada por su rebeldía como una de las gestoras del Grito de Lares en 1868.
Bordó la primera bandera de Lares, que se desplegó en la iglesia cuando los rebeldes declararon la breve república. Era la esposa de Miguel Rojas, jefe local de la revolución, quien junto con su hermano Manuel era un próspero hacendado de café.
Luego de que las fuerzas rebeldes fueran contenidas, los sobrevivientes fueron encarcelados. Por lo menos, 80 murieron en prisión.
Bracetti, conocida como Brazo de Oro, sobrevivió y recuperó su libertad pocos meses después, en 1869. Se retiró totalmente de la vida pública y murió en pobreza en 1903.
(Enciclopedia de Puerto Rico)
Sor Isolina Ferré (Ponce 1914-2000)
Sor Isolina Ferré Aguayo nació en el seno de una familia influyente de Puerto Rico, cuyos familiares luego se convirtieron en el gobernador Luis A. Ferré y la galardonada escritora Rosario Ferré.
Tras graduarse del colegio en 1931, inició estudios en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras desde donde acató su llamado a la vida religiosa. Entonces partió a Filadelfia para ingresar a la orden Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad, una congregación que vive en comunidad y servicio al prójimo.
En 1940 recibió las órdenes y trabajó en misiones con comunidades pobres y trabajadoras en Virginia y Nueva York. Retornó a Puerto Rico como misionera en Cabo Rojo, donde las hermanas impulsaban proyectos industriales y deportivos. Allí Sister Isolina llegó a ser madre superiora.
Tras partir a Nueva York para terminar su bachillerato y luego una maestría en sociología en Fordham University, dirigió desde 1963 el Dr. White Community Center en Brooklyn, Nueva York. Allí, por cinco años, se entregó aún más en los rigores del servicio comunitario y educativo para poblaciones en riesgo, incluso con intervenciones entre gangas rivales.
Asignada en 1968 al empobrecido sector La Playa de Ponce, donde además la criminalidad era rampante, emprendió un proyecto comunitario con enfoque en la autogestión. Así nació el Centro de Rehabilitación y Servicio de la Playa de Ponce.
En palabras de sister Isolina: “Nuestra estrategia está fundamentada en el respeto a la dignidad humana. Cuando se reconoce el potencial humano del individuo- cuando se trabaja y planifica con él y no para él, se le da participación y se le respeta, este líder potencial se actualiza”.'Así este modelo se convirtió con el paso de los años en los Centros Sor Isolina Ferré, que hoy operan en varias localidades de Ponce, Guayama, Canóvanas y San Juan.
Además de recibir varios doctorados honoris causa, fue recipiente de distinciones como Lifetime Achievement Award del Puerto Rican National Coalition (1987), la Cruz de Alonso Manso de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (1987), Humanitarian Award Albert Schweitzer de la Universidad de Johns Hopkins (1989) y la Presidential Medal of Freedom (1999).
(Enciclopedia de Puerto Rico, Archivo El Nuevo Día)
Concha Meléndez Ramírez (Caguas 1895- San Juan 1983).
Comenzó como maestra al graduarse de la Escuela Normal de la Universidad de Puerto Rico, pero continuó sus estudios en la UPR, en Madrid, México (UNAM) y la prestigiosa universidad de Columbia, Nueva York.
Al regresar con su doctorado de la UNAM, ejerció como profesora de su alma máter y continuó con la pluma activa.
Cultivó con éxito y profundidad el género del ensayo, convirtiéndose en una destacada y reflexiva crítica literaria, que recibió loas públicas de la poeta chilena Gabriela Mistral. Meléndez también fue una fecunda cuentista, conferenciante y poetisa. Tanto así, que para publicar sus obras completas, el Instituto de Cultura Puertorriqueña requirió cinco gruesos volúmenes.
Recibió incontables distinciones desde Puerto Rico a Suramérica.
La casa de esta ilustre puertorriqueña en San Juan figura en el registro de sitios históricos del Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos.
(Enciclopedia de Puerto Rico)
Ana G. Méndez (Aguada 1908- San Juan 1997)
Nacida en una familia numerosa, la educadora y fundadora del sistema educativo que comprende hoy la Universidad Metropolitana, del Este y del Turabo se casó muy joven, a los 15 años.
Entre la crianza de sus hijos y otras responsabilidades, tuvo que esperar hasta los 27 años para graduarse de escuela superior en la Central de Santurce. Desde ese momento, su afán por educarse y educar no tuvo freno.
En 1940, había obtenido su bachillerato en Educación Comercial de la Universidad de Puerto Rico y 8 años después su maestría de la Universidad de Nueva York.
Dos años después en 1949, fundó la primera institución de carreras cortas, el Puerto Rico Junior College, precursor de las instituciones universitarias que años después formó.
En 1972 fundó el Colegio Universitario del Turabo, hoy Universidad del Turabo.
Además, presidió la Junta de Directores de la Fundación Puerto Rico Junior College, por 20 años, hasta 1972. Esa Fundación pasó a llevar su nombre y hoy es el Sistema Universitario Ana G. Méndez, presidido por su hijo José F. Méndez.
Durante su vida de empresaria y educadora, también se destacó por su labor cívica y por ser parte de juntas de firmas importantes, como de la extinta Eastern Airlines, Fondos Unidos y la Cruz Roja.
(suagm.edu)
Felisa Rincón de Gautier (1897-1994)
Mejor conocida como Doña Fela, esta ceibeña nació de una maestra y abogado de Ceiba. Ayudó a la crianza de sus ocho hermanos cuando su madre murió prematuramente.
Tras sus estudios secundarios, ejerció como farmacéutica práctica. Su habilidad con la costura la llevó al Viejo San Juan, donde estableció su casa de modas y una floristería.
Tras aprobarse el sufragio femenino en 1932, doña Fela se insertó en la vida política, como simpatizante del partido Liberal y posteriormente del Partido Popular Democrático.
Fue nombrada alcaldesa de San Juan en 1946, puesto que ocupó durante 22 años. Su gestión estuvo marcada por sana administración, abundante obra pública, de construcción y reconstrucción de áreas comunes como plazas, vías y parques.
Con tanto trabajo, nunca descuidó su marca personal de llevar llamativos peinados, elegantes trajes, abanicos y grandes gafas de sol.
También es recordada por sus esfuerzos por traer nieve en un avión para que los niños de San Juan sin recursos para viajar pudieran ver el fenómeno.
Murió en su querida capital a los 97 años.
(Museo Felisa Rincón, PREB.com)
Nilita Vientós Gastón (San Sebastián del Pepino 1903- San Juan 1989).
Abogada, profesora, autora, defensora de las letras y la cultura puertorriqueñas, es robusto el legado de esta mujer que rompió esquemas. Estudió la primaria en Cuba, la secundaria en Nueva York y al regresar a Puerto Rico se matriculó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, cuando ninguna otra joven lo había hecho.
Fue la primera en no solo trabajar como abogada en el Departamento de Justicia, sino además alcanzar el cargo de Fiscal general auxiliar de Puerto Rico. El Colegio de Abogados en la actualidad otorga una medalla de reconocimiento que lleva su nombre.
También fue primera en presidir el Ateneo Puertorriqueño y miembro fundadora de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.
Argumentó con éxito ante el Tribunal Supremo que el español es la lengua de Puerto Rico. Fundó dos publicaciones que fueron columnas de la literatura boricua del siglo XX: “Asomante” (1945) y “Sin nombre” (1965).
No cesó de aprender y de difundir cultura durante toda su vida. Como se recoge en esta cita suya: “Desde mis tiempos de estudiante, mi vida se ha regido por tres principios que considero de tal calidad que los califico de virtudes: la inconformidad con todo lo que debe mejorarse, la disidencia con todo lo que ofenda la dignidad humana y deba cambiarse y un entusiasmo sin límites, para luchar por los inconformes y los disidentes”.
(Enciclopedia de Puerto Rico, proyectosalonhogar)
Entre las incontables mujeres ilustres de Puerto Rico, también figuran: la reconocida poetisa Lola Rodríguez de Tió, la primera legisladora María Luisa Arcelay, la profesora y autora Margot Arce de Vázquez, la poeta Julia de Burgos, la femniista y líder obrera Luisa Capetillo.
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