Desde Washington
José A. Delgado
El Nuevo Día
18 de noviembre de 2012
Statehood now
Las voces que insisten en interpretar los
resultados del plebiscito del 6 de noviembre no solo como una expresión a
favor de dejar atrás el actual status territorial, sino también como un
mandato a favor de la estadidad, demandan que comience el proceso de
admisión de Puerto Rico como estado 51 de EEUU.
Así lo han hecho saber no sólo los estadistas republicanos de la Isla, como la saliente presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González, sino también otros que han comenzado a hacer el reclamo través de la página de internet de la Casa Blanca.
Aunque en enero entrega el mallete, González quedará como portavoz de la minoría del PNP en la Cámara de Representantes de Puerto Rico, lo que en la práctica – por ser parte del liderato del club de los republicanos de la Isla – le hará la principal funcionari@ elect@ identificad@ con el GOP en la Isla.
González es una de las que ya le escribió cartas al presidente Barack Obama y al presidente de la Cámara de Representantes federal, el republicano John Boehner, para exigir que se apruebe en el próximo Congreso una ley que ordene la transición hacia la estadidad.
“El pueblo ya habló Señor Presidente y exigió contundentemente la estadidad para Puerto Rico”, indicó González en su carta a Obama.
En Washington, el comisionado residente Pedro Pierluisi ha hecho más énfasis en reclamar un proceso de descolonización y no tiene en agenda en este momento impulsar un referéndum federal "estadidad sí o no".
Pero, si el PNP realmente está convencido de que la estadidad tiene el 61% de respaldo de los electores de la Isla, lo lógico es que reclamen "estadidad ahora".
Nadie se imaginaría al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) promoviendo un nuevo plebiscito entre alternativas de status si hubiese llegado a la conclusión de que la independencia ganó una consulta y tiene el apoyo de la mayoría del pueblo.
Pero, a pesar de que sectores estadistas hayan querido comenzar el conteo del tiempo que ha pasado desde que “pidieron” la admisión como estado 51 sin recibir respuesta, el consenso real que se forja en la isla es sobre la necesidad de cambiar el status, sin que ninguna alternativa haya demostrado tener mayoría absoluta.
Los números no mienten, por lo que es previsible que poco a poco la jefatura del PNP deje de hablarle a las gradas para aceptar que el único resultado creíble de la consulta es que la mayoría del país quiere cambios en su relación con Estados Unidos. ¿Cuáles? Eso está por verse.
Para encaminar por lo menos una discusión profunda en Washington sobre el futuro político de la Isla – recordando que el Congreso nunca ha aprobado un plebiscito con alternatvas de status -, los que quieren revisar las relaciones entre San Juan y Washington necesitarán una Casa Blanca muy activa.
Han pasado casi dos semanas de la consulta, y de la oficina del presidente Barack Obama, quien hoy está en Tailandia, no han dicho cómo interpretan y/o responderán a los resultados de la consulta.
El silencio de la Casa Blanca es ensordecedor. Aunque no preferían el diseño de la consulta legislada por el PNP nunca la denunciaron públicamente.
Ahora, tienen que lidiar con los resultados del 6 de noviembre tras hacer la promesa inalcanzable de comprometer al próximo Congreso con un plebiscito federal de status cuyas alternativas de status sean ‘autoejecutables’. Y tratarán de evitar herir las sensibilidades de sus aliados del PPD y el PNP que se vinculan con los demócratas de Estados Unidos.
Si el presidente Obama considera que la estadidad ganó la consulta, la lógica dicta que deberá promover un referéndum “estadidad sí o no” o presentar una ley para que se admita a la Isla como estado 51 de EEUU.
Si el presidente Obama cree que la estadidad no ganó pero que llegó el momento de descartar el ELA territorial, seguramente hablará en favor de un plebiscito federal entre la estadidad, la libre asociación/ELA soberano y la independencia.
Si el presidente Obama entiende que el status actual debe seguir siendo una opción, habremos regresado al principio y la Casa Blanca insistirá en un proceso que permita enfrentar directamente las cuatro alternativas que antes ha indicado tiene la Isla: la independencia, la libre asociación, la estadidad y el ELA territorial.
jose.delgado@gfrmedia.com Twitter.com/JoseADelgadoEND
Así lo han hecho saber no sólo los estadistas republicanos de la Isla, como la saliente presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González, sino también otros que han comenzado a hacer el reclamo través de la página de internet de la Casa Blanca.
Aunque en enero entrega el mallete, González quedará como portavoz de la minoría del PNP en la Cámara de Representantes de Puerto Rico, lo que en la práctica – por ser parte del liderato del club de los republicanos de la Isla – le hará la principal funcionari@ elect@ identificad@ con el GOP en la Isla.
González es una de las que ya le escribió cartas al presidente Barack Obama y al presidente de la Cámara de Representantes federal, el republicano John Boehner, para exigir que se apruebe en el próximo Congreso una ley que ordene la transición hacia la estadidad.
“El pueblo ya habló Señor Presidente y exigió contundentemente la estadidad para Puerto Rico”, indicó González en su carta a Obama.
En Washington, el comisionado residente Pedro Pierluisi ha hecho más énfasis en reclamar un proceso de descolonización y no tiene en agenda en este momento impulsar un referéndum federal "estadidad sí o no".
Pero, si el PNP realmente está convencido de que la estadidad tiene el 61% de respaldo de los electores de la Isla, lo lógico es que reclamen "estadidad ahora".
Nadie se imaginaría al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) promoviendo un nuevo plebiscito entre alternativas de status si hubiese llegado a la conclusión de que la independencia ganó una consulta y tiene el apoyo de la mayoría del pueblo.
Pero, a pesar de que sectores estadistas hayan querido comenzar el conteo del tiempo que ha pasado desde que “pidieron” la admisión como estado 51 sin recibir respuesta, el consenso real que se forja en la isla es sobre la necesidad de cambiar el status, sin que ninguna alternativa haya demostrado tener mayoría absoluta.
Los números no mienten, por lo que es previsible que poco a poco la jefatura del PNP deje de hablarle a las gradas para aceptar que el único resultado creíble de la consulta es que la mayoría del país quiere cambios en su relación con Estados Unidos. ¿Cuáles? Eso está por verse.
Para encaminar por lo menos una discusión profunda en Washington sobre el futuro político de la Isla – recordando que el Congreso nunca ha aprobado un plebiscito con alternatvas de status -, los que quieren revisar las relaciones entre San Juan y Washington necesitarán una Casa Blanca muy activa.
Han pasado casi dos semanas de la consulta, y de la oficina del presidente Barack Obama, quien hoy está en Tailandia, no han dicho cómo interpretan y/o responderán a los resultados de la consulta.
El silencio de la Casa Blanca es ensordecedor. Aunque no preferían el diseño de la consulta legislada por el PNP nunca la denunciaron públicamente.
Ahora, tienen que lidiar con los resultados del 6 de noviembre tras hacer la promesa inalcanzable de comprometer al próximo Congreso con un plebiscito federal de status cuyas alternativas de status sean ‘autoejecutables’. Y tratarán de evitar herir las sensibilidades de sus aliados del PPD y el PNP que se vinculan con los demócratas de Estados Unidos.
Si el presidente Obama considera que la estadidad ganó la consulta, la lógica dicta que deberá promover un referéndum “estadidad sí o no” o presentar una ley para que se admita a la Isla como estado 51 de EEUU.
Si el presidente Obama cree que la estadidad no ganó pero que llegó el momento de descartar el ELA territorial, seguramente hablará en favor de un plebiscito federal entre la estadidad, la libre asociación/ELA soberano y la independencia.
Si el presidente Obama entiende que el status actual debe seguir siendo una opción, habremos regresado al principio y la Casa Blanca insistirá en un proceso que permita enfrentar directamente las cuatro alternativas que antes ha indicado tiene la Isla: la independencia, la libre asociación, la estadidad y el ELA territorial.
jose.delgado@gfrmedia.com Twitter.com/JoseADelgadoEND
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